Yo no protesto por migo porque soy muy poca cosa. Reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo.
Potreros con más frijoles es lo que aquí se reclama. Pa'l pobre una buena cama y un cielo con arreboles.
Me amarga la situación cómo cambiarla pudiera. Pero ordenaré el problema al ritmo de una canción.
Me cruzan por la cabeza como palomas los sueños. Mi voluntad jura empeño de arrear con esta pobreza.
Válgame Dios cómo están todos los pobres cristianos en este mundo inhumano partidos mitá a mitá. Del rico es esta maldad lo digo muy conmovido. Dijo el Señor a María son para todos las flores, los montes, los arreboles. ¿Porqué el pudiente se olvida?
Si el sol pudieran guardarlo lo hicieran de buena gana de noche, tarde y mañana quisieran acapararlo. Por suerte que pa' alcanzarlo se necesitan cojones. De rabia esconden las flores las meten en calabozos privando al pobre rotoso de sus radiantes colores.
No puede ni el más flamante pasar en indiferencia si brilla en nuestra conciencia amor por los semejantes.
En este mundo moderno qué sabe el pobre del queso, caldo de papa sin hueso, menos sabe lo que es terno por casa callampa, infierno de lata y ladrillos viejos. ¿Cómo le aguanta el pellejo? Eso sí que no lo sé pero bien sé que el burgués se pita al pobre verdejo.
No pierdo las esperanzas de que esto tenga su arreglo. Un día este pobre pueblo tendrá una feliz mudanza. El toro sólo se amansa montándolo bien en pelo. No tengo ningún recelo de verlo vuelto tirilla cuando se dé la tortilla la vuelta que tanto anhelo.