Aunque a veces pueda beber hasta estrellarme, y aunque también un día pudiera arruinarme el cuerpo y la vida, has de saber que mis huesos son para ti, mis huesos son para ti, para ti.
Aunque me veas clavándome los dedos en el centro del hígado hacia adentro, abriéndolo como un pan y repartiéndoselo a los perros, y repartiendo caos en mi familia y puñetazos a todos los demás, mis huesos son para ti, mis huesos son para ti, mis huesos son para ti, para ti.
Y aunque pueda perder el culo por una noche, por una sombra de ojos una noche, escupiendo besos de pitón, no soy yo, no soy yo, mis huesos son para ti, mis huesos son para ti, mis huesos son para ti, para ti.