En CĂłrdoba capital, en el barrio de Villa Páez, habĂa una de esas mujeres que te curan de todos los males. Y al verla por mal de amor y a verla por mi amorcito, a ver si esa mujer me sacaba un dolorcito.
Me dolĂa acá, me dolĂa acá.
Y me dijo asĂ, escuhá bien.
No entierre una zanahoria, no vaya a enterrar la chaucha, para recuperar a su amor hay que enterrar la batata.
Poniendo, sacando, poniendo, sacando, poniendo y sacando.
Estuve seis meses en cana por enterrar la batata, por enterrar la batata en la puerta de mi casa. Estuve seis meses en cana por enterrar la batata, por enterrar la batata en la puerta de mi casa.
En CĂłrdoba capital, en el barrio de Villa Páez, habĂa una de esas mujeres que te curan de todos los males. Y al verla por mal de amor y a verla por mi amorcito, a ver si esa mujer me sacaba un dolorcito.
Me dijo: "Cordobés, te han engualichado".
No entierre una zanahoria, no vaya a enterrar la chaucha, para recuperar a su amor hay que enterrar la batata.
Poniendo, sacando, poniendo, sacando.
Estuve seis meses en cana por enterrar la batata, por enterrar la batata en la puerta de mi casa. Estuve seis meses en cana por enterrar la batata, por enterrar la batata en la puerta de mi casa. Yo estuve seis meses en cana por enterrar la batata, por enterrar la batata en la puerta de mi casa. Vecinos me insultaban y otros aplaudĂan, pero yo terminĂ© cuarteteando en la comisarĂa.