Tan solo somos doa extraños, que han cruzado su mirada por azar, esa atraccion va cogiendo peso sin dudar, que la sangre hierve y nos invita a amar.
Y desterremos los relojes, esos que ponen punto y final, y las habladurías, procedamos a ignorar, pues la noche es nuestra, y nuestra ha de quedar.
Repasemos uno a uno nuestros poros de la piel, la humedad de nuestros labios, esparzámosla también, la lascivia, que recoja, lo que siempre quisimos sembrar, y arropados por la luna delirar.
Confiar, que sin saberlo, todo va al gusto de los dos, y a la mañana, cuando llegue el despertar, podamos de nuevo empezar. Y resurgir de las cenizas,que haya dejado ese calor, y cuando el alba anuncie el final, sonrisas de complicidad.
susurraremos el hechizo, que haga girar de diez mil formas el colchón, el leve esfuerzo será todo corazón, que al propagarse incendiará la habitación.
La red que forman tus cabellos, será la cárcel de la comunicación, las miradas que hablen, lo que no dijo la voz. este es nuestro encuentro, solos tu y yo.