Yo tuve tres maridos y a los tres envenené con unas cuantas gotas de cianuro en el café Pero seguramente no me guardan rencor pues derechos los marcharon hacia un mundo mejor
-Mi vida es un infierno- se lamentó el primero -No he de librarme nunca del negro pluriempleo. Nos agobian las letras,las deudas y los plazos y me persigue,atroz,la sombra del infarto. Esto no es vida, es sucumbir lentamente- Yo aceleré su largo camino hasta la muerte ël me dijo: - querida,excelente café, yo no sé qué le pones que me sabe tan bien-.
Yo tuve tres maridos y a los tres envenené con unas cuantas gotas de cianuro en el café Pero seguramente no me guardan rencor pues derechos los marcharon hacia un mundo mejor
Mi segundo marido era un rico banquero, con él no tuve nunca problemas financieros, mas se volvió celoso, como un jeque oriental y se hizo insoportable la vida conyugal Lo libré del insomnio y de sus consecuencias y durmió el sueño eterno y las buenas conciencias Él me dijo: - querida,qué bueno está el café, yo no sé qué le pones que me sabe tan bien-.
Pero volví a casarme, nunca he de escarmentar y mi tercer marido fue un intelectual él quiso liberarme de todos mis prejuicios, suprimió de un plumazo mis anteriores vicios y,para reformarme, me puso a trabajar, mientras él meditaba tumbado en el sofá Lo mandé incorruptible y puro al otro barrio,tal como vino al mundo, con los brazos cruzados.
Yo tuve tres maridos y a los tres envenené con unas cuantas gotas de cianuro en el café Pero seguramente no me guardan rencor pues derechos los marcharon hacia un mundo mejor.