Me llamo Anselmo Laguna y voy en pos de mi sueño, si me acompaña la luna por esas cortadas de tantos recuerdos. Me llamo Anselmo Laguna y llevo en el corazón un ansia que se desata, me espera mi ñata juntito al portón.
Si ya no salgo ni juego, ni fumo, ni bebo, por ella y su amor. Ni sé lo qué es un domingo de sol y de pingos, ni sé donde voy. Si hasta la gente me mira con cara de asombro, ni puede creer, que aquel muchacho alocado esté tan cambiado por una mujer.