Salú’o primeramente A tu dulcísimo paire, También salú’o a la maire Que te sostuvo en el vientre. Salú’o a la noble gente Que te da tal reverencia, Pidiéndole a dios clemencia Que te dé tu salvación En presencia del señor Salú’o a la hermosa mesa.
El primer hombre jue dios, María la primer’ maire, Derrama gotas de sangre Del ver que su hijo murió. En el paraíso s’encarnó En medio de los judíos Y se vio tan malherido Que el señor tiró a’rrancar. María lo fue a alcanzar A las orillas de un río. Ay, sí, a las orillas de un río.
Dicen que dios en verdad Es hecho de tres personas Y que tiene una corona Con zafiros adorná’. Escrito muy claro está Lo que del mundo va a ser, Los que van a merecer El perdón de padre eterno, Que también hay un infierno Que llega a resplandecer.
Maire, yo le digo adiós Y usted por mí no haga duelo. Yo espero en dios que en el cielo Nos vamos de ver los dos. En el tránsito veloz Ya se cumplió mi destino, Purificando al divino A la gloria adentraré Y antes de partir diré: Adiós, adiós, mundo indino.