En un carro de olvido,
antes de aclarar,
de una estaciĂłn del tiempo,
decidido a rodar
Run Run se fue pa'l Norte,
no sé cuándo vendrá.
Vendrá para el cumpleaños
de nuestra soledad.
A los tres dĂas, carta
con letra de coral,
me dice que su viaje
se alarga más y más,
se va de Antofagasta
sin dar una señal,
y cuenta una aventura
que paso a deletrear
ay ay ay de mĂ.
Al medio de un gentĂo
que tuvo que afrontar,
un trasbordo por culpa
del último huracán,
en un puerto quebrado
cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro
Run Run debiĂł cruzar.
Run Run siguiĂł su viaje
llegĂł al Tamarugal.
Sentado en una piedra
se puso a divagar,
que si esto que lo otro,
que nunca que además,
que la vida es mentira
que la muerte es verdad
ay ay ay de mĂ.
La cosa es que una alforja
se puso a trajinar,
sacĂł papel y tinta,
un recuerdo quizás,
sin pena ni alegrĂa,
sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura,
sin hiel ni libertad,
vacĂa como el hueco
del mundo terrenal
Run Run mandĂł su carta
por mandarla no más.
Run Run se fue pa'l Norte
yo me quedé en el Sur,
al medio hay un abismo
sin mĂşsica ni luz
ay ay ay de mĂ.
El calendario afloja
por las ruedas del tren
los números del año
sobre el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros,
más nubes en el mes,
más largos son los rieles,
más agrio es el después.
Run-Run se fue pa'l Norte
qué le vamos a hacer,
asĂ es la vida entonces,
espinas de Israel,
amor crucificado,
corona del desdén,
los clavos del martirio,
el vinagre y la hiel
ay ay ay de mĂ.