Con una milonga de estas la mañana se me limpia. Salgo a pelearle a la suerte, y me llevo una caricia, sintiendo que me hago fuerte si aprieto una mano amiga.
Y aunque me espera el cansancio, la tristeza o la rutina, siento, al cruzar cada esquina, como mi canto protesta, cuando voy pensando cosas con una milonga de estas.
Con una milonga de estas vendré cantando el regreso. Buscaré la estrella nueva que tiembla sobre mi pecho, y le daré mi moneda de milonga como un beso.
Y cuando sobren preguntas porque algo falta en la mesa, tendremos siempre tibieza para buscar la respuesta, y un día la encontraremos con una milonga de estas.