Está sufriendo el banquero, qué penitas llevará, ¿será Vietnam, será Biafra lo que lo hace llorar?
Ay, pobrecito el banquero, llora y llora de dolor, con todos sus milloncitos en Suiza y en Nueva York.
¿Por qué llorás, banquerito? venid, dime la verdad, ¿Será el Perú, será Cuba, la causa de tu penar, los amantes de tu esposa, tu precoz senilidad?
Nuestro banquero es un hombre de mucha capacidad, él trafica con el hambre, la angustia, la libertad; todo lo vuelve dinero con su talento y bondad.
El banquero tiene diarios, radios y televisión, y con cariño reparte lo que él llama información. Si la noticia es de USA él le da su bendición.
También el banquero tiene a su servicio un partido, ¿para qué decir el nombre si es de todos conocido?
El partido lo defiende, si se llega a equivocar le regala una embajada en Francia o en otro lugar.
El banquero y sus millones y su tremenda decencia, anda en busca de un lugar donde se vendan conciencias, porque la que tuvo un día se le acabó la paciencia.