Dime cuántos murieron en Masoller, peleando simplemente y sin por qué; cuántos muertos evoca Tupambaé.
Cuántos ponchos taparon, quietos en Arbolito; justifica el coraje de aquel chiquito, justifica el coraje de aquel chiquito.
Entre Tres Árboles, luego, tuvo Villar que contar a sus muertos, triste contar; que contar a sus muertos, triste contar.
Por la patria o la ausencia o la legalidad, divisas desteñidas, muertos nomás; divisas desteñidas, muertos nomás.
Caudillos, generales, padres de la Nación,* inventaron un juego, nadie ganó; inventaron un juego, nadie ganó.
Gauchos desconocidos, carne de cañón del Remington o el frío, Mauser o sol; del Remington o el frío, el Mauser o el sol.
Y al menos hubo un cambio, decidido y tenaz: siguieron los paisanos, pobres nomás; siguieron los paisanos, pobres nomás.
Dime cuántos murieron en Masoller, peleando simplemente y sin por qué; cuántos muertos evoca Tupambaé.
* Alfredo Zitarrosa dice “Caudillos federales, padres de la Nación”, en un error que cambia el sentido del verso, y que estuvo a punto de frenar la salida del disco donde se incluye el tema.
Compositor: Washington Benavides - Héctor Numa Moraes