En el baile nativo, nuestros camperos aprenden de memoria sus relaciones, y cuando lo puntean los guitarreros, florecen más aprisa los corazones.
A cambiar de patrona, dale que dale, viva la uruguayita, que a bailar sale.
Cada cual con la suya formen parejas, el ombú sacude sus ramas viejas, la danza celebra las nobles cuitas del pago en que nacen las margaritas.
Hasta el ombú sacude sus viejas ramas, el ceibo en la noche despide llamas, girando y girando forman casales, con tiernas calandrias, los cardenales.
En dos filas y enfrente, pronto y ligero, que cada moza busque su compañero; unos pasos de danza, muy despacito, es un chiche, orientala, tu pie chiquito.
Formen una cadena más apretada, más apretada, que aquel jazmín menudo de mi enramada. A cambiar de pareja, dale que dale, y a ver el entrevero cómo nos sale.
Que pasen las morochas de mano en mano, brillás uruguaya más que el verano; es el baile nativo muy bien punteado, en todas las guitarras de lo pasado.
Es el baile nativo la danza fiera del viento en los pliegos de mi bandera, lo mismo en los triunfos que en las fatigas, sonó en los fogones de nuestro Artigas.