Canto por son o songa vale la pena, puede cantar milongas o cantar plenas, porque la copla dice que el canto empieza cuando el canto de todos se le endereza.
Venga el canto a su fuente, viva a la sombra del que la tiene enfrente, mas no la nombra.
No hay cantor que no cante porque lo escuchen, pero la copla espera a que desembuche. Porque la copla es chorro de aquella fuente, donde el canto y el pueblo forman torrente, y el cantor consentido, mejor se anime a cantar algún verso que lo lastime.
De tanto vivir frente del cementerio no me asusta la muerte ni su misterio.
Me hacen vivir tus ojos y tus maneras, ponte mi clavel rojo, que no se muera.
Cante el cantor su copla de tal manera, que al cantarla reviva su vida entera. Hay cantores que lucen voces grandotas, pero no cantan versos de pocas notas. Y hay algunos que cantan mejor que otros, pero todos los cantos son de nosotros.
Como los pareceres con las razones se juntan las mujeres con los varones.
“Cada vez que me acuerdo de la Florida se me hacen cuesta abajo los cuesta arriba”.
Que se tenga por cierto la copla dice lo que en el canto abierto finque raíces. Porque verso nacido en esa vertiente vive con otros versos entre la gente. Cuando el pueblo las canta recién empieza la vida de las coplas y su certeza.
Cantar canto de nadie mejor que nada para el cantor no hay copla mejor amada.
Cuando el canto es tristeza mal contenida se sube a la cabeza, mala bebida.
Vale más una endecha mal hilvanada, que cantar coplas hechas muy bien pensadas. Nadie sabe en qué tiempo fueron paridas las coplas de mi pueblo mejor nacidas; trillo abierto en el campo por muchas huellas, las palabras de todos viven en ellas.
Hay cantos como flores mal afinados, suenan mucho mejores que bien cantados.
Venga el canto a su fuente, viva a la sombra del que la tiene enfrente mas no la nombra.
(Los textos en cursiva corresponden a partes recitadas)