Te sigo queriendo como el primer dĂa,
con esta alegrĂa con que voy viviendo.
Más que en el relevo de las cosas idas
en la expectativas de los logros nuevos.
Como el primer dĂa de un sentir primero,
como el alfarero de mi fantasĂa.
Con la algarabĂa de un tamborilero
y el gemir austero de una letanĂa.
Como el primer dĂa te sigo queriendo.
Te sigo queriendo, valga la osadĂa,
con la garantĂa de mis pobre sueños,
es decir, empeños porque todavĂa,
vive el alma mĂa de seguir creyendo.
Como el primer dĂa, como el primer beso
y el primer exceso de melancolĂa.
Como la folĂa del primer intento,
como el argumento de una profecĂa.
Como el primer dĂa te sigo queriendo.
Te sigo queriendo, si no lo dirĂa,
sĂ© que no podrĂa con mis sentimientos,
lo que llevo adentro se convertirĂa
en una jaurĂa de remordimientos.
Como el primer dĂa eres el velero,
la estrella y el viento de mi travesĂa.
Mi filosofĂa, mi apasionamiento,
mi mejor acento, mi soberanĂa.
Como el primer dĂa te sigo queriendo.
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J. C. M. P.